En el jurado del XII
Safari Fotográfico Parque Natural
Sierra de Baza participó como
miembro, en su condición de
fotógrafo de naturaleza de
reconocido prestigio, Antonio
Camoyán Pérez. A continuación
transcribimos sus valoraciones del
XI Safari fotográfico Parque Natural
Sierra de Baza, las sugerencias y
consejos para continuar
promocionando y difundiendo esta
actividad:
Queridos amigos del XII Safari
Fotográfico Sierra de Baza:
El otro día terminado el Concurso
tuve que marcharme rápidamente en mi
coche porque tenía que hacer una
serie de fotografías de paisajes en
Almería para poder terminar uno de
mis últimos trabajos.
Nada más entrar en la autovía
comencé a ejercitar una cualidad que
pienso que es innata a la mayoría de
los fotógrafos de la naturaleza que
conozco y que consiste en conducir,
archivar en nuestra mente todo lo
que vamos viendo por si nos
interesara fotografiarlo, y analizar
lo que todavía permanece fresco en
mi mente fundamentalmente las
imágenes del recién acabado Safari
Fotográfico.
Me siento muy satisfecho, he vivido
dos jornadas maravillosas en
compañía de unos amigos
inolvidables, que aunque no vuelva
a ver con frecuencia pienso
conservar, además mi cerebro está
pleno de las imágenes de la preciosa
Sierra de Baza con sus pinares,
las sabinas rastreras, los
peñascales cubiertos de líquenes
amarillos, rojos y marrones, las
cortijadas medio derruidas, las
rugosas cortezas de los pinos y los
profundos valles. Al ver todo esto
me han venido a la memoria los
mismos paisajes en una visita más
lejana pero durante el invierno,
creo que fue el 2003, en la que los
pinos estaban cubiertos por una
densa capa de nieve, que llegaba a
partir las ramas con su pesada
carga, las aguas del deshielo
bajaban por las laderas inflando los
arroyos y transformando el Parque
Natural de la Sierra de Baza en un
espectáculo tan maravilloso como el
contemplado estos últimos días, pero
eso sí totalmente diferente.
En mi cerebro se acumulan las
imágenes de un montón de
concursantes trabajando
frenéticamente con sus ordenadores
para posteriormente obtener la serie
de fotografías que todos hemos
podido contemplar, unas preciosas
como el caserío iluminado por los
rayos del sol en medio del denso
pinar, los detalles de texturas
bien medidos, las flores tomadas en
picados extremos resaltando así su
estética vertical, otras perfectas
por la elección de los fondos más
adecuados; pese a las condiciones
climáticas en que se desarrolló la
prueba los paisajes aparecían
correctos de iluminación y los
filtros bien empleados,
demostraciones de la buena
utilización de las ópticas de
acercamiento, en las abundantes
fotos de lagartijas y no digamos de
mariposas con varias perfectas, para
qué decir de los encuadres bien
cuidados de casi todas las fotos, en
lineas generales la calidad de las
fotos presentadas merecerían una
nota media con un cuarenta por
ciento buenas y un diez por ciento
muy buenas en fin que a mí me
hubiera gustado hacer muchas de las
fotografías que contemplé durante el
ejercicio de mi labor de jurado y
ese sentimiento es valorable y muy
importante, al menos para mí.
Pero quiero retomar la imagen
expuesta a comienzo del párrafo
anterior porque la verdad es que me
ha impactado de forma muy especial,
sobre todo como miembro permanente
del Jurado en el Concurso que la
Consejería de Medio Ambiente de la
Junta de Andalucía organiza todos
los años, el próximo será ya el
XXV, y que modestamente considero
como el más importante de nuestro
País, me refiero a España no solo
Andalucía, tanto por los premios
como por la cantidad y calidad de
los participantes, en la última
edición más de 5000. El caso es que
salvando las distancias se me
ocurre establecer un cierto
paralelismo y una diferencia, con
vuestro reciente XII Safari Sierra
de Baza, que nunca hasta ahora
como jurado se me había ocurrido ni
siquiera considerar. La idea se
basa en la visión de los setenta
concursantes del Safari como fieras
enjauladas en una sala, ensimismados
con sus ordenadores, tratando elegir
las fotografías que consideraban
mejores para participar en el
Concurso.
El paralelismo es fácil de ver, los
dos son concursos fotográficos, las
temáticas de ambos la misma salvo
algunas diferencias puntuales,
existencia de un jurado calificador
en los dos y en los últimos tiempos
coincidencia total en la
presentación digital con
desaparición de la fotografía
analógica. Las diferencias más
acusadas dos fundamentales, primera
la desproporción entre los
convocantes, una poderosa Consejería
de la Junta de Andalucía y una
modesta pero emprendedora Asociación
Provincial con muchos menos recursos
pero sin lugar a dudas con mucho más
empuje y entusiasmo por parte de sus
gestores que la rígida máquina de la
Administración, segundo y a mí
personalmente me ha parecido lo más
importante, e insisto, sobre todo
desde el punto de vista de un
Jurado, hasta ahora creo que todos
los que hemos sido miembros de un
Jurado hemos valorado siempre
asépticamente las fotografías
presentadas y sinceramente creo que
no lo hemos hecho mal, pero en mi
caso al menos tras el Safari de la
Sierra de Baza, he visto previamente
a los participantes aunque no los
haya tratado y he comprobado sus
esfuerzos y trabajos para
conseguir la fotografía que
posteriormente yo valoraré. Para mí
ese conocimiento y acercamiento a
los auténticos autores del Concurso
que son los fotógrafos
participantes, ha sido un enorme
descubrimiento y a partir de ahora
creo que si alguna vez tengo que
tomar decisiones como Jurado estas,
estarán acompañadas de un mayor
humanismo por mi parte. Mi mayor
agradecimiento a quien tuvo la idea
de invitarme como Jurado a este
fantástico Safari.
¡Santo cielo! Todavía me queda
camino para llegar a Las Negras y
hacer las fotos de los acantilados
así que no voy a tener más remedio
que explicaros lo único que no me ha
convencido e insisto de nuestro,
ahora así lo pienso, fantástico
Safari fotográfico.
Cuando hace ya treinta y cinco años
escribí en la revista Periplo veinte
capítulos(por cierto hoy en día
totalmente obsoletos) sobre qué era
y en que consistía la fotografía de
la Naturaleza, me planteé muy serias
dudas a propósito de cómo denominar
esta especialidad totalmente
novedosa dentro del gran mundo de la
fotografía, finalmente y tras muchas
consultas, batallas dialécticas y
también porque no decirlo
desengaños, llegué a la conclusión
de que el nombre apropiado era el de
Biofotografía. En realidad creo que
era el término más adecuado pensando
que tal como se refleja en el Real
Diccionario de la Lengua Española
estaban ya acuñados términos como:
bioecologìa, bioelectrónica,
biosfera, etc.... La única pega
para la aceptación de éste término
era que parecía no incluir en todos
sus sentidos el paisaje ya que el
término BIO significa en esencia
VIDA y los paisajes o las rocas
sobre la que se asienta parecen no
tener vida para los doctos padres de
la lengua, aunque yo opine lo
contrario. En fin y para no
alargarme mucho, que si la
definición de bioecología es la de
la ciencia que estudia las relacione
entre los seres vivos, es
perfectamente aplicable el término
de biofotografía porque sería
relativo a fotografía de los seres
vivos y lógicamente del entorno en
que viven porque aislarlos sería
prácticamente imposible.
Porqué hago esta introducción tan
enrevesada y hasta rocambolesca,
pues muy simple, porque trato de
cargarme de razones para exponeros
lo que pienso y adivino que no os
va a gustar mucho. ¡Caramba ya estoy
por la zona del desierto de Tabernas
y yo sin darme cuenta!, como pasa el
tiempo que maravilla para hacer
fotos, además la luz del atardecer
es buenísima para dramatizar aún más
estos paisajes, tengo que parar, a
ver dónde.
¡Nada que no he parado! No tengo
más remedio que seguir con la
historia, a ver Antonio, ¡de golpe
que será menos doloroso!.
¡No me gusta el nombre de SAFARI. Lo
siento pero lo acabo de decir como
lo pienso!
Según el Diccionario de la Real
Academia Española de la lengua:
SAFARI. En África, caravana o
expedición CON PORTEADORES,
CAMELLOS O VEHÍCULOS AUTOMÓVILES
// EXPEDICIÓN DE CAZA.
Bueno ya os lo he dicho así que a lo
hecho pecho.
Quiero aclararos que comprendo
perfectamente la fuerza de un nombre
acuñado por el tiempo así como las
dificultades que implicaría
cambiar a estas alturas pero por
otra parte os aseguro que durante
los dos días que he vivido el
estupendo XII Safari fotográfico de
la Sierra de Baza no me he sentido
en África, no he visto porteadores,
si hacedores de una genial paella,
tampoco he visto camellos no sé si
habría alguno camuflado y tampoco me
ha parecido ver escopetas de caza,
lo más parecido ha sido algún que
otro teleobjetivo de cierta
envergadura.
Espero que esto que tanto trabajo
me ha costado deciros lo
considereís solo como una
sugerencia y que términos como
Sendero fotográfico o Periplo
fotográfico o cualquier otro,
quizás fueran más adecuados a lo
que yo personalmente he vivido estos
dos maravillosos días, os reitero a
los organizadores del XII Safari
fotográfico de Baza mi
agradecimiento y espero en el
futuro seguir colaborando con
vosotros para lograr, si cabe una
mayor difusión y reconocimiento de
la inestimable labor que desde hace
doce años estáis realizando.
Un fuerte abrazo para todos de:
Antonio Camoyán
Biofotógrafo |