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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 299 - Mayo 2024

REPORTAJES

imagen de decoración

El Tribunal Supremo dicta sentencia


EL TRIBUNAL SUPREMO DICTA SENTENCIA EN LA CAUSA SEGUIDA POR LAS MASIVAS TALAS DE LA SIERRA DE BAZA

 2-Diciembre-2005 

Texto e imágenes: © Proyecto Sierra de Baza

 Autorizada la cita de este reportaje con referencia a su fuente

© Proyecto Sierra de Baza
Detalle de uno de los parajes salvajemente talados en el año 1998 en la Sierra de Baza.

 Se eliminó toda la vegetación arbórea y arbustiva que existía en aquel lugar. Los únicos árboles que quedaron en pie eran ejemplares secos sin valor maderero. Arroyo Uclías, Febrero de 1999. 

En noviembre de 2003 la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Granada, condenaba al ex director conservador del Parque Natural Sierra de Baza, José María Irurita, como autor de un delito de prevaricación y otro contra el medio ambiente al atentar gravemente contra los valores que sirvieron para declarar a la Sierra de Baza Parque Natural, así como al maderista beneficiado por esta ilegal tala, junto con la condena de la Junta de Andalucía a restaurar los lugares masivamente deforestados. Ahora el Tribunal Supremo dicta sentencia de fecha 17 de noviembre de 2005, notificada el 2 de diciembre, en la que desestima los recursos de Irurita, del maderista y de la Junta de Andalucía, cuyas condenas confirma y estima el recurso de la Asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA, incluyendo en la condena en costas a las de la acusación popular, cuya actuación en el proceso considera relevante, eficaz y correcta en el plano procesal. Impone las costas del Recurso de Casación a Irurita, al maderista y a  la Junta de Andalucía. 

Han pasado siete años desde que en el año 1998 tuvo lugar en la granadina Sierra de Baza (España), un espacio singular y declarado Parque Natural en 1989, la masiva tala de su vegetación de ribera, al amparo de un escueto permiso para retirar "maderas muertas y deterioradas previamente señaladas", dado por el Director Conservador del Parque Natural, José María Irurita Fernández, a una empresa de muebles, por el que no había pagado una sola peseta, que en realidad supuso que se talaran miles de árboles (la sentencia da por probado que unos 13.000) con graves daños ecológicos, paisajísticos y medioambientales. Hechos que  se vieron agravados al quedar abandonados en estos parajes miles de kilos de residuos forestales que atestaban los arroyos de montaña afectados, impidiendo la circulación de su agua en una longitud superior a los 7 Kms.  Aun cuando la mayor gravedad de todo este despropósito se encuentra en aparecer como principal implicado, la persona que tenía la Conservación y Protección de la Sierra de Baza, su Director Conservador, el que  era el principal garante de la defensa de este medio natural (art. 14 del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural) y que lejos de cumplir con las obligaciones inherentes a su cargo, maquinó "un acuerdo tácito entre el funcionario autorizante y el empresario autorizado, para llevar a efecto una actuación disimulada bajo una apariencia muy distinta, lo cual le sitúa fuera del ámbito de la buena fe a uno y otro sujeto", como también se ha dado por probado en las sentencias dictadas, que dan por acreditado todos y cada uno de los hechos que se imputaban. 

© Proyecto Sierra de Baza
Situación en que quedó uno de los valles talados en la Sierra de Baza, tras la eliminación de todos los árboles maderables que existían en aquél lugar.

Mucho se ha polemizado desde que el 4 de marzo de 1999 Proyecto Sierra de Baza denunciaba públicamente las masivas talas de la Sierra de Baza, habiéndose cruzado argumentos tanto de los acusados, que defendían no solo lo inocuo de la actuación, sino también lo supuestamente bondadoso y beneficioso de la misma, como de la acusación, particularmente ejercitada por la acusación popular, representada por nuestra asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA, que manteníamos la gravedad de la agresión medioambiental, el impacto paisajístico y en la biodiversidad causado, así como la pérdida en la calidad de las aguas de los arroyos afectados por los residuos de la masiva tala de la vegetación de ribera que quedaron abandonados en estos parajes.

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 Existió daño de una singular gravedad.

La afección paisajística es de una obviedad aplastante

Dice el Tribunal Supremo

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Ahora el Tribunal Supremo pone fin a esta polémica y con una sentencia que no dudamos en calificar como ejemplar deja claro que  que existe delito contra el medio ambienten en la doble conclusión de que hubo daño para elementos determinantes de la calificación de la Sierra de Baza como espacio protegido y este daño estuvo caracterizado por una singular gravedad, la que la sentencia sitúa en su dimensión real y para ello destaca como lo producido en la Sierra de Baza no fue una afección cualquiera, significando como lo producido fue la eliminación masiva de arbolado por el procedimiento más lesivo para el entorno de todos los de posible utilización (la corta a hecho o tala  a matarrasa), lo que destaca aparece “agravado además por el empleo singularmente responsable y destructivo de maquina pesada, así mismo contraindicada en este marco a lo que hay que sumar el abandono sobre el cauce de una ingente cantidad de residuos, realizada así mismo contra toda norma”. “De este modo –destaca la sentencia- la afectación paisajística es de una obviedad aplastante; y lo mismo hay que decir de la neutralización de la eficacia antierosiva desempeñada por el arbolado y las especies arbustivas que se eliminaron, dado, en especial, el modo como esto se hizo; a lo que debe de añadirse el daño representado por la importante degradación de las riberas, por efecto de la indefectible forma en que fueron utilizadas”. Terminando por considerar y como colofón para justificar la existencia del delito contra el medio ambiente por el que se les condena como “En consecuencia, se impone la doble conclusión de que hubo daño para elementos determinantes de la calificación de la Sierra de Baza como espacio protegido y que este daño estuvo caracterizado por una singular gravedad, dada la extensión de la zona afectada y la especial intensidad de la afectación” (42,50 hectáreas que afectaron a 7.600 metros de riberas).   

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Una actuación manifiestamente ilegal.

En la causa existe documentación gráfica de una plasticidad aplastante

Dice el Tribunal Supremo

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La sentencia también pone el énfasis en que “hubo un claro propósito de encubrir una actuación masivamente ilegal” (como literalmente puede leerse en la pág. 32) y profundiza en la necesidad de defender y proteger a los bienes colectivos, entre los que están el medio ambiente, como contenido de los derechos llamados por la doctrina más moderna de “tercera generación”, dando para ello una respuesta efectiva desde las instancias judiciales, cumpliendo de este modo con su máxima protección jurídica, alcanzada en este caso con una sentencia como la que ha dictado la Sala 2ª del Tribunal Supremo con fecha 17 de noviembre de 2005, de la que es ponente Don Perfecto Andrés Ibáñez, que no solo censura y critica duramente conductas como las que sanciona, sino que pone el énfasis en la necesidad de proteger el medio ambiente no ya como exigencia legitimadora de la ciudadanía en general, sino incluso de las generaciones futuras.

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 Los condenados tendrán que pagar las costas de la acusación popular

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La sentencia es también novedosa, y en este campo allana el camino para futuras reclamaciones de otras acusaciones populares en la defensa de nuestro patrimonio natural, al considerar legitimada la acusación popular no solo para reclamar la restauración civil del medio ambiente afectado, sino particularmente le reconoce la posibilidad de que se puedan incluir en las costas de los condenados a las de la acusación popular cuando, como ha ocurrido con el proceso seguido con las masivas e ilegales talas de la Sierra de Baza, se considera que nuestra actuación ha cumplido a plena satisfacción esas exigencias. Pues, como indica de forma literal la sentencia “en efecto, ha actuado de forma eficaz y plenamente correcta, como lo acredita la existencia de no menos de medio centenar de intervenciones documentadas en el trámite, en el que ha tenido un papel fundamental”.

El que la sentencia del alto Tribunal dedique algunos elogios a la actuación de esta asociación en el proceso, es algo que sinceramente nos agrada, aun cuando nuestra mayor satisfacción es que SE HA HECHO JUSTICIA CON LA SIERRA DE BAZA. 

© Proyecto Sierra de Baza
      Trabajos del equipo del SEPRONA de toma de muestras de  uno de los arroyos contaminados en la Sierra de Baza. Arroyo Uclías. Primavera de 2000. 

FALSOS CIENTÍFICOS

Como los falsos profetas, también llegaron al macroproceso de la Sierra de Baza  los falsos científicos, no falsos por que carecieran de cualificación académica, que la tenían y de forma ostentosa la exhibieron, sino porque sus informes eran tan falsos como los DVD de un top manta y en sus dictámenes no tuvieron empacho en dejar a un lado los principios de la ética científica y pretendieron justificar lo injustificable, presentarnos como bueno y beneficioso lo que fue una tragedia ecológica sin precedentes en nuestra historia más reciente y como correcta una actuación que ahora ha sido condenada con rigor por los Tribunales de Justicia y estos señores justificaron en sus dictámenes la irracional tala de miles de árboles (la sentencia da por probado que unos 13.000) en un espacio protegido, que supuso dejar descarnadas, desprotegidas y sin cubierta vegetal a casi 8 kilómetros de riberas de dos de los principales arroyos de la Sierra de Baza, que vieron como se perdía no solo la calidad de sus aguas, sino sus propios caudales, pasando a ser lugares secos. De modo que si en el denominado proyecto de “Restauración Vegetal de Riberas y Acerales-Quejigales del Parque Natural Sierra de Baza”  que fechado a marzo de 1996 (antes de las ilegales talas de 1998) estaba suscrito precisamente por el ex director conservador del Parque Natural Sierra de Baza, José María Irurita Fernández, y cuya ejecución estaba prevista tan solo para una pequeña zona del arroyo Bodurria, de las muchas en que se contaron árboles de una forma masiva e indiscriminada en el Parque Natural Sierra de Baza, se hace referencia a la situación que tenían estos arroyos antes de que tuvieran lugar la s masivas talas. Así se indicando, de forma literal, en el párrafo quinto de la pág. 6 del proyecto que suscribía Irurita:

“Respecto a los caudales, éstos son diferentes en las diferentes zonas de actuación. El arroyo Bodurria mantiene un caudal importante durante todo el año. Los barrancos de Petronila, Plaza, Carrasquilla y Porqueros son mucho menos caudalosos, pero de cauce continuo salvo en la época de mayor sequedad (antes de las primeras lluvias otoñales) en los que prácticamente llega a secarse, si bien el agua freática es accesible a las plantas en todo momento. En el último barranco, de caudal esporádico y discontinúo, la presencia de bioindicadores denota que el nivel freático es alto y el agua está disponible para todas las plantas durante todo el año, no existiendo un periodo de xericidad estival”      

Hoy en día, y pese a los pocos años transcurridos desde la irracional y masiva tala, tenemos que decir, con dolor, que  esta descripción  del arroyo Bodurria y los barrancos próximos al mismo que sufrieron la masiva tala de su vegetación de ribera, que vieron como sus cauces se compactaron con la circulación de maquinaria pesada sobre los mismos, como se alteró su configuración y aerodinámica, SON HOY EN DÍA LUGARES SECOS Y ÁRIDOS, que no sólo sí tienen xericidad estival, sino que ahora la sufren durante prácticamente todas las estaciones del año y las únicas épocas en que suelen llevar agua son los deshielos primaverales y  en las épocas de intensas lluvias, cada vez más escasas.  

© Proyecto Sierra de Baza
      Imagen de la situación actual del arroyo Bodurria, en la que se aprecia la eliminación del 100% de su vegetación de ribera, asi como que el arroyo ha perdido su caudal de agua, antes permanente, y como no ha sobrevivido ni una sola planta de la testimonial plantación que se hizo en aquél lugar. Diciembre-2005 

LA SENTENCIA HA PUESTO A CADA UNO EN SU SITIO

Ilustrativo de cuanto venimos exponiendo, de los falsos informes que se presentaron en este proceso, pueden ser las reseñas que pasamos a recoger de algunos de los peritos propuestos por las defensas de los ahora condenados, que intentado “justificar” la brutal tala de estos lugares,  que cualquier observador medio podría constatar, pretendieron presentárnosla como beneficiosa y bondadosa para los ecosistemas de la Sierra de Baza. Así:

- Decían José Luis Rosúa Campos, profesor titular del Departamento de Biología Vegetal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, que también admitió en su interrogatorio que había efectuado trabajos de investigación para la Junta de Andalucía junto con Ignacio Luis Henares Civantos, Director adjunto del Parque Natural de Sierra Nevada, al comentar el proyecto de restauración llevado en un pequeño tramo del arroyo Bodurria, único en que se plantó en aquellas fecha,  “el porcentaje de éxito de la plantación del arroyo Bodurria se puede calificar como medio, entre el 40 y el 60 %  según lo observado y que se puede calificar como normal”. Al tiempo que destacaban como “se estaba avanzando hacia una mejora ecológica al haberse mejorado la biodiversidad vegetal del lugar”. MANIFESTACIONES FALSAS. Al efecto destacar el informe emitido por el perito judicial, el Ingeniero Agrónomo Don José Ramón Guzmán Álvarez, el que destaca en su informe (pág. 67) como en la fecha en que efectúa su informe (septiembre de 2000) el éxito de la plantación era mínimo en cuanto que el porcentaje de plantas secas o desaparecidas era del 84%, mientras que el de plantas vivas era de tan solo el 16%. Destacando como “las principales especies supervivientes son los sauces, escaramujos y majuelos” (plantas que ya existían en estos lugares antes de la masiva tala en mucho mayor número y proporción que tras la testimonial plantación que se hizo por la administración en el arroyo Bodurria), mientras que el perito judicial destacaba como “se han encontrado muy pocas plantas vivas de fresnos, serbos, moreras y almez”, ninguna del resto de plantas que se utilizaron en la supuesta forestación como alisos, clematis o higueras. Hablar de una mejora ecológica por el aumento de la biodiversidad vegetal que allí existía es un eufemismo tan inadmisible como falso. A mayor abundamiento destacar como en informes posteriores de los peritos Don Joaquín Martínez López y Don Antonio Jesús Justicia Sánchez se ponía de manifiesto como las plantas perdidas continuaron aumentando en los años posteriores y en estas fechas podemos hablar de pérdidas del 100 %.        

- Decía Ramón Segura Jiménez, Ingeniero Técnico de Obras Públicas, dependiente de la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que “los cauces afectados por la tala se encuentran en la actualidad en mejores condiciones desde el punto de vista hidráulico para la evacuación de avenidas que cauces no afectados”. Así como que “en los márgenes de los cauces no se ha apreciado erosión o algún otro efecto perjudicial para el Dominio Público hidráulico que pueda ser atribuido a la tala”. Apreciaciones que SON FALSAS,  y ello en cuanto que la sentencia da por acreditado que “la actuación maderera causó también graves daños a los arroyos, cuyos cauces acusaron un trato carente de la menor sensibilidad ecológica. No sólo sufrieron el embate de la maquinaria pesada desplazada hasta los lugares de tala contra toda lógica racional (parece una ironía que los proyectos de restauración vegetal unidos al procedimiento destaquen la necesidad de emplear maquinaria ligera en las labores de plantación, con el objeto de no alterar en demasía el ya maltrecho estado ecológico en que se encuentran las zonas a recuperar" -folio 659 de las actuaciones, y 9 del documento aportado por la defensa del Sr. IRURITA FERNÁNDEZ al inicio de la vista oral-), "sino que los propios cauces fueron empleados como vías de tránsito para aquella maquinaria con la incomprensible anuencia de la dirección del Parque Natural y su servicio de guardería, que no formularon al respecto objeción alguna. Consecuencia de ello y del vertido de astillas a que inmediatamente se hará mención, los arroyos Bodurria y Uclías terminaron por presentar un aspecto tan desolador como el que ofrecen, entre otras, las fotografías obrantes a los folios 195 vto, 196, 197, 199, 1.646. 1.647, 1.650, 1.654, 1.970, 1.971, 1.972, 2.467 y ss., 2.533 y ss., y en el documento no.11 del escrito de ampliación de la querella, al Tomo V bis, que no precisan mayores comentarios” (Dice literalmente la sentencia que dictó al A.P de Granada, ratificada ahora por el Tribunal Supremo), contradiciendo las falsas apreciaciones del Sr. Segura Jiménez a que se ha hecho referencia.

En lo que respecta a la otra aseveración de que no se han producido erosiones en estos cauces, no solo también lo contradice la sentencia, sino que la siguiente imagen, correspondiente al arroyo Uclías, pone de manifiesto que no es cierto y ha habido lugares en los que se ha producido graves e importantes pérdidas de suelo en las riberas de los cauces:

© Proyecto Sierra de Baza
La tala ha dejado desprotegidos los márgenes de los cauces, ocasionando graves erosiones. Arroyo Uclías a su paso por Los Moralicos. (Junio 1999)

- Decía Jorge Álvarez del Toro, Ingeniero Agrónomo y autor de la frase más lapidaria pronunciada en el juicio oral e ilustrativa de su mentalidad sobre lo que es para él un árbol de que "Para mi un chopo es como una mata de patatas", señala en su informe que “He observado  que la tala no fue indiscriminada, sino que fue selectiva, en base a los restos que aún quedan y a los ejemplares in situ”, APRECIACIÓN FALSA, no solo por el relato de hechos probados que contiene la sentencia que lo contradice, sino por el examen de las propias imágenes que se contienen en este reportaje que pone de manifiesto como en amplios tramos de los arroyos afectados por las masivas e ilegales talas no quedo árbol alguno en pie, eliminándose todo vestigio de vida vegetal, por increíble que pueda parecer esto, si no es con la visión de estas escalofriantes imágenes: 

© Proyecto Sierra de Baza
Situación del arroyo Bodurria a la altura del Encinar de la Carrasquilla, apreciable a la derecha de la imagen, con la eliminación de toda la vegetación arbórea y arbustiva de ribera que existía en el lugar. El arroyo se utilizó como pista de saca de madera para los camiones (Abril 1999) 

Un aspecto que no podemos dejar de comentar es el de la contaminación de los arroyos afectados por estas masivas e ilegales talas en los que quedaron abandonados los restos de la actuación maderera, provocando una manifiesta situación de eutrofización de sus agua. Como la situación de eutrofización (para ampliar información sobre qué es la eutrofización PULSAR AQUÍ)  que presentaban estos lugares era más que evidente, los falsos peritos pretendieron presentar la causa de la misma en otras circunstancia ajenas a la propia actuación maderera, indicando como la misma “era debida a las hojas secas que habían caído en esos arroyos y a los excrementos de los ganados que había allí”:

© Proyecto Sierra de Baza
Situación eutrófica del arroyo Uclías, con el cauce invadido por la vegetación acuática. Para ver la situación de este mismo lugar cuando aun no había entrado en putrefacción la madera y astillas abandonadas en el cauce y por tanto no se había manifestado la situación eutrófica de sus aguas.

- Decía Luis Romero Monreal, profesor de Biología Vegetal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, que también admitió en su interrogatorio que trabajaba para un grupo de investigación de la Junta de Andalucía que  “es muy fantasioso culpar a los restos orgánicos de la tala de dicha alteración [de los valores de Demanda Química de Oxígeno DQO y Demanda Biológica de Oxígeno DBO, en la comparativa aguas arriba y abajo de la zona de tala] y no al proceso de descomposición de las hojas de los años anteriores”. Valoraciones que no resisten la menor crítica, en cuanto que lo que se ponía de manifiesto en los análisis del SEPRONA de este agua, era que los valores DBO y DBQ se disparaban dentro de la zona de tala y por el contrario eran normales fuera de ella. Si se piensa un poco puede comprobarse que tras la masiva tala de los árboles que allí había, no quedaron árboles que pudieran dejar caer sus hojas sobre los cauces y riberas, o dicho de otro modo, estos lugares pasaron a tener menos hojas, mientras que en la zona en que no se talaron sí seguían los árboles y pese a ello, la analítica de las aguas ponía de manifiesto una incidencia significativa de estos parámetros en la zona de tala y no así fuera de la misma. Con lo que ES FALSO QUE LA CAUSA DE LA EUTROFIZACIÓN FUERAN LAS HOJAS CAÍDAS EN OTOÑO DE LOS ÁRBOLES AL CAUCE DE LOS ARROYOS.

- Decía Francisco Bruno Navarro Reyes, Doctor en Ciencias Biológicas (Botánica), y que curiosamente también admitió en su declaración que pertenecía a un Grupo de Investigación para la Junta de Andalucía desde el año 1993, así como que había hecho trabajos para la Consejería de Medio Ambiente, que la causa de la situación de eutrofización que presentaban estos arroyos, constatada de modo incuestionable en el propio reportaje fotográfico que aportaba con su informe, no era debida a los masivos vertidos de maderas y leñas, y particularmente astillas a los cauces: “La incorporación de astillas al suelo o al cauce no ha afectado negativamente” -decía en su informe- sino que la eutrofización de esta agua era debida a la excesiva presencia de ganado en estos lugares “La utilización de las riberas de los ríos como pastos de verano tan escasos en el sureste de la Península Ibérica, con excesiva carga de ganado y sobre todo apriscos cercanos al cauce de los ríos como aún existen y se puede comprobar en el río Uclías (Las Casas Mineras), no solo destruye la vegetación riparía sino que contamina las aguas con el exceso de heces, orina y el continúo pisoteo del ganado”. En el mismo informe se incluye una foto ilustrativa de un proceso eutrófico con el siguiente pie de foto: “Formaciones de lenteja de agua y berros a causa de la eutrofización producida por la orina, heces y pisoteo del ganado en la zona de las casas mineras (río Uclías)”. ESTAS APRECIACIONES SON FALSAS, no solo por el incontrovertido dato de que antes de que tuvieran lugar estas masivas talas con el posterior abandono a los cauces de los restos de la actuación deforestadora no existía situación eutrófica alguna de estas aguas como puede comprobarse en la comparativa de las dos siguientes imágenes, tomadas ambas en el mismo lugar, a pocos metros aguas abajo del puente de los Frailes, apreciable en una y otra imagen, sino porque  su informe carece de base científica alguna para hablar de contaminación fecal de origen animal y ello en cuanto que los análisis efectuados a las aguas de estos arroyos, ponen de manifiesto como no están presentes en nivel significativo alguno los parámetros de amonio, nitratos o nitritos, propios de una contaminación de origen fecal. De modo que al ser el amoniaco el primer producto de degradación de la urea y del material proteico, se puede considerar como el mejor indicador químico indirecto de contaminación fecal reciente (“Estudio Sanitario del Agua” pág. 338) cuando transcurren unos días se transforma el ion amonio, por oxidación tras el contacto con el aire o el agua, en nitritos y éste a su vez puede pasar a ser, como forma más oxidada del nitrógeno, nitratos, siendo éstos (nitritos y nitratos) indicadores indirectos de contaminación fecal de origen animal con más tiempo cronológico de evolución, los que al no estar tampoco presentes en las analíticas efectuadas en parámetros representativos de tipo alguno en las analíticas efectuadas a los arroyos de la Sierra de Baza, deben de llevar al total rechazo de este tipo de contaminación fecal de origen animal. 

© Proyecto Sierra de Baza
El mismo lugar en abril-2000 y que refleja la situación eutrófica de sus aguas a los pocos meses, con el cauce completamente invadido por una vegetación que antes no existía 

Una lucha desigual

Manuel Chirosa Ríos, Jefe del Servicio de Gestión del Medio Natural en la Delegación Provincial de Granada de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, decía en sus informes que la actuación había sido correcta "tanto desde el punto de vista técnico-científico como desde el jurídico-administrativo",y que “la tala debió de ser de 30.000 árboles y no de 14.000”, como si no hubiera habido bastante con el zarpazo que se dio a las riberas de la Sierra de Baza en la primavera-verano del año 1998 y de las que no se han recuperado siete años después, en clara expresión de lo que fue la postura oficialista de la administración implicada en estos aciagos sucesos, dando lugar a un enfrentamiento y situación de indeseable crispación, que desembocó en un proceso en el que atónitos hemos comprobado como desde algunos sectores que debían de haber defendido la legalidad y el patrimonio natural agredido en la Sierra de Baza, por el contrario ampararon y justificaron la grave agresión medioambiental con todos los medios y poder mediático que rodea a un organismo oficial y poderoso como la Junta de Andalucía, arremetiendo dura e injustamente contra los ciudadanos que habíamos sufrido tan mayúsculo agravio. Esta defensa a ultranza desde la administración responsable a los infractores, hizo a éstos más fuertes, y lejos de buscar soluciones para remediar la situación que se habían creado se dedicaron a descalificarnos  con toda clase de malas artes e insultos, difundiendo falsas notas de prensa como la que se publicó en la prensa de Granada el 13 de octubre de 2003, el día anterior a que comenzaran las sesiones del juicio oral, destacando los titulares de aquellos días que “EL PRINCIPAL ACUSADO VA A JUICIO CON 267 FIRMAS DE APOYO A SU INOCENCIA” e indicaban como "querían expresar su más enérgica protesta por el juicio mediático paralelo a que ha sido sometido su compañero José María Irurita", añadiendo que "Queremos poner de manifiesto la farsa que está rodeando este caso ocultando intencionadamente hechos fundamentales, como -decían literalmente- el que inmediatamente después de efectuarse la retirada de leña [obsérvese que no nombra a los 13.000 árboles talados] se procedió por parte de esta Delegación a la regeneración de las riberas de los arroyos", como señalaban que "aquella actuación estaba incluida dentro de un plan de restauración vegetal que contemplaba la sustitución de los antiguos cultivos de chopos por otra vegetación autóctona natural". Todo lo que las sentencias dictadas ha puesto de manifiesto es que eso no se ajustaba a la realidad, y este comunicado tan solo pretendía crear confusión con falsas manifestaciones con las que se pretendía amparar a los infractores, diciendo que se estaban ocultando hechos fundamentales, mintiendo grave y conscientemente, en cuanto que a los firmantes de este comunicado, trabajadores de la Consejería de Medio Ambiente, les constaba que NO ERA CIERTO que esta actuación estuviera incluida dentro de ningún plan de restauración de riberas, ni después de cortarse los miles de árboles talados se regeneraron las riberas, sino que han pasado más de siete años y nada de esto se ha hecho, presentando estos lugares una situación que no podemos calificar de otro modo que de desoladora, con irreparable pérdida de suelo y de calidad y caudal de las aguas, con incidencia en la biodiversidad animal y vegetal.

© Proyecto Sierra de Baza
Situación actual de uno de los  lugares que  sufrieron las masivas talas de vegetación de ribera en la Sierra de Baza siete años después. Es apreciable al  fondo de la imagen la belleza y colorido de la zona que se salvó de las masivas e ilegales talas.

© Proyecto Sierra de Baza
Situación eutrófica del arroyo Uclías, con la superficie del cauce completamente cubierta de lenteja de agua.

Proyecto Sierra de Baza, como única y efectiva acusación que existió en este proceso en el que nos hemos sentido solos, tan solo amparados y apoyados por las varias decenas de testigos que testificaron a nuestra instancia, por el SEPRONA y particularmente por los peritos que tuvieron la valentía de enfrentarse a las poderosas administraciones que aparecían inmersa en este proceso, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Medio Ambiente, de modo que no nos fue fácil encontrar peritos independientes y valientes que dijeran, sin paños calientes, la cruda realidad que se había vivido –que estábamos viviendo- en la Sierra de Baza y ratificaran y defendieran sus respectivos informes con rigor ante el Tribunal que conoció de estos hechos, de aquí nuestro sincero testimonio de reconocimiento para estos peritos:

- Miguel Ángel Soto Caba, biólogo y responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.

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- José Luis Mateos Montero, Ingeniero Técnico Agrícola.

- Paulino Ramón Bustos, perito del SEPRONA

- Joaquín Martínez López, Ingeniero Agrónomo.

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- Juan Domingo Cánovas, Ingeniero Técnico Forestal

- Antonio Jesús  Justicia Sánchez, Ingeniero de Montés.

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Sus nombres no solo han quedado esculpidos en nuestros corazones, sino en la propia Sierra de Baza en eterno reconocimiento de su valentía por ayudarnos a defender nuestra noble causa, pese a las  terribles presiones a las que fueron sometidos desde algunos ámbitos, para que sirvan de ejemplo de que es posible la defensa de nuestro patrimonio natural frente a los poderosos, cuando la causa que se persigue es noble y sincera.

¿Dónde han estado los ecologistas de Granada?

© Proyecto Sierra de Baza
Detalle de uno de los parajes masivamente talados en al Sierra de Baza. Aun cuando se plantaron algunos árboles en aquel lugar, todos se secaron en los años posteriores y en el lugar solo quedan los tocones de los árboles que se talaron como mudos testigos de este crimen contra nuestra naturaleza Arroyo Bodurria primavera de 2000.

Si hemos sido calumniados, insultados y vilipendiados por personas y colectivos próximos a la administración que aparecía implicada en estos hechos, como hemos comentado en los precedentes apartados de este reportaje, mucho más anómalo y atípico, podíamos decir que sangrante, sin ser nada exagerados, si no es por que tras ello había intereses espureos inconfensables que algún día se conocerán, es que los insultos más viscerales, las descalificaciones más bochornosas, el amparo de una actuación tan ilícita como los tribunales han venido a reconocer ahora, dejando clara la magnitud de los hechos enjuiciados, haya venido de los que falsa e irónicamente se llaman “Ecologistas en Acción de Granada”, que con su postura ante este proceso han demostrado que ni eran verdaderos ecologistas, ni su labor estaba dirigida a la efectiva defensa de nuestro patrimonial natural.

Con dolor pudimos leer en la prensa provincial del día 15 de noviembre de 1999, una nota de prensa que se suscribían Ecologistas en Acción de Granada, bajo el titular de “LOS ECOLOGISTAS RESTAN IMPORTANCIA A LA TALA MASIVA EN EL PARQUE DE BAZA”, destacando como “Nos parece desproporcionada la aparición en los medios de comunicación de un hecho irrelevante como delito ecológico, y que fácilmente puede ser reparado por especies más propias del lugar y más acordes con la vegetación que debe cubrir el Parque Natural de la Sierra de Baza” decía la nota que difundían, la que igualmente destacaba –en sospechosa línea de defensa con los imputados calificada por la sentencia como xenofobia arborícola- “los árboles talados aparte de estar enfermos, carecen de valor ecológico al tratarse de una especie introducida  hace años y no autóctona del Parque de Baza”. Y por si no quedara duda de sus descalificaciones hacia PROYECTO SIERRA DE BAZA añadían, como “Ecologistas en Acción sospecha que las denuncias públicas y el proceso penal abierto por este asunto está buscando el linchamiento del director conservador del Parque, José María Irurita, por un error en la forma de llevar a cabo la actuación y en cambio no hacen alusión al proyecto de reforestación de la vegetación autóctona que se está llevando a cabo en varios lugares del parque” –decía el comunicado de los falsos ecologistas, igualmente en sospechosa coincidencia con la falsa nota de prensa que el día previo al juicio difundieron los compañeros de Irurita y hemos comentados en el anterior apartado. Terminando por indicar los pseudos ecologistas granadinos como “la investigación judicial debe de orientarse hacia un error en la gestión de una corta y saca de madera y no como un delito ecológico”.

Ni que decir tiene que esta falsa –falsísima- nota de prensa con la firma de unos aparentes ecologistas y defensores de la legalidad medioambiental, y cuya efectiva y real dimensión solo se puede valora ahora, cuando han hablado los Tribunales, nos hizo mucho daño y los infractores de este grave atentado ecológico, encontraron un amparo en la misma para continuar con sus desmanes y hacerse aun más fuerte en la negación de las claras evidencias que se constataban con la mera visita a los lugares arrasados por los taladores de los valles de ribera de la Sierra de Baza. No les pedimos que hubieran venido a la Sierra de Baza a comprobar de primera mano esta tragedia ecológica, Baza está a más de 100 Kms. de Granada, y pudieron pensar que nuestra denuncia era demasiado trivial para desplazarse a este lugar perdido. Pero  ¿es que no vieron las imágenes del desastre de la Sierra de Baza que el Tribunal Supremo califica de “una plasticidad gráfica aplastante...? ¿Por qué antes de dar esta dañina nota de prensa para el movimiento ecologista no contaron con nosotros para contrastar cualquier información errónea…? 

Desde entonces hemos esperado, de forma respetuosa y confiada, a que la justicia hablara, y ahora que lo ha hecho, poniendo los hechos en su justa medida y gravedad, recordamos estas injustas y falsarias notas de prensa de un colectivo que se llamó “ecologistas” (¿) y que en absoluto supo estar al lado de la efectiva defensa de los intereses medioambientales de la provincia y como los falsos peritos que depusieron en este proceso, también se colocaron al lado de los infractores, de los destructores y ladrones de paisajes, haciéndose tan cómplices de estos hechos como los condenados.

QUIZÁS LA SENTENCIA EN ESTE ASPECTO SEA INCOMPLETA Y  TAMBIÉN HA DEBIDO CONDENAR A ALGUNOS MÁS…

¡¡ POR ENCUBRIMIENTO !!

La Sierra de Baza no entiende de política

© Proyecto Sierra de Baza
Vecinos de Baza visitan uno de los lugares en que se destruyó toda su vegetación de ribera.

La Sierra de Baza históricamente ha sido conocida como monte del común o de propios en cuanto era gestionada y administrada por el propio pueblo de Baza, el que tenía en la misma no sólo un importante sustento y medio de vida, sino que en ella se alcanzaban las necesidades de leñas, carbón, piedras  y maderas tan importantes para la supervivencia y  las construcciones. El historiador local José Sánchez García cuenta en nuestra publicación Guía para conocer y visitar el Parque Natural Sierra de Baza (pág. 154) uno de los más largos pleitos al que se vio sometida la ciudad de Baza en defensa de su Sierra allá por el año 1741 y nos cuenta con primoroso detalle como todo el pueblo de Baza salió en su defensa, cuando se recibió una comunicación en el Ayuntamiento de Baza emplazando a nuestra ciudad para que en el término de ocho días presentara en Granada los títulos que posea sobre el Monte del Pinar, con la advertencia de que de no hacerlo “Baza sería declarada en rebeldía y toda la Sierra pasaría  manos reales para seguidamente ser subastada, condenando así mismo a este pueblo a devolver todos los beneficios que se hayan obtenido como bienes de Propios”. José Sánchez cuenta el gran pesar que se creó en la ciudad, pero también relata como la unión de toda la ciudad de Baza, ciudadanos, políticos y comunidades religiosas se unieron de forma histórica para defender su Sierra y si Baza tenía entonces tan solo 1.080 vecinos más de la mitad, 562  vecinos, acudieron al Ayuntamiento para dejar constancia de su incondicional defensa de su Sierra y manifestar que estaban dispuestos a pagar lo que le correspondiera. Finalmente se juntaron más de 7.000 reales que se enviaron a la Junta de Realengos y Baldíos, con lo que el pueblo de Baza ganó (pagando) el pleito y el pueblo de Baza quedó en posesión de su monte. Y termina indicando José Sánchez en su trabajo (Baza, 1998) “Al menos, que este gesto ciudadano de colaboración y apoyo de hace dos siglos y medio vea la luz y nos sirva de ejemplo a los de hoy”.

Pero si la Sierra de Baza históricamente no ha entendido de política y ha sido el conjunto del pueblo de Baza el defensor de nuestra Sierra, desde el ciudadano –sin distinción- hasta los políticos, pasando por la iglesia, esta histórica tradición SE HA ROTO ahora por nuestros gobernantes locales que sí han querido que la Sierra de Baza entienda de política. Y es que no podemos calificar de otro modo que de lamentable y bochornosa la actuación que ha tenido el gobierno socialista del Ayuntamiento de Baza dentro del proceso seguido con motivo de las masivas e ilegales talas de la Sierra de Baza y ello en cuanto que si el Ayuntamiento de Baza en Pleno en sesión extraordinaria y urgente celebrada con fecha 10 de marzo de 1999, cuando estaba al frente de la corporación el gobierno del Partido Popular, aprobaba una moción en la que se denunciaba “el grave atentado que en aquellas fechas se estaba perpetrando en el corazón de nuestro Parque, contra sus valores ecológicos, botánicos y paisajísticos, y con el agravante de que cuenta con la aquiescencia del organismo que en puridad de ley debiera tener mayor deber y en principio velar por la protección de esta Sierra, la Consejería de Medio Ambiente”, como literalmente se lee en la moción del Pleno de 10-03-99, acordando poner los hechos en conocimiento judicial e instando la inmediata paralización de las talas en la Sierra de Baza, solicitando la investigación y sanción de los hechos. El Ayuntamiento de Baza llegó a personarse como acusación particular en el proceso que se abrió, manteniendo una activa postura en defensa de nuestra Sierra, cumpliendo con la histórica tradición que el Ayuntamiento de Baza siempre ha tenido en la defensa de nuestra Sierra.

Sin embargo, con el cambio político en la corporación bastetana y la mayoría socialista en su gobierno cambió la que había sido postura de defensa de la Sierra de Baza y no solo no coadyuvó a la correcta defensa e investigación de los hechos, sino que desde el propio proceso, el abogado que ejercitaba la acusación particular en nombre del Ayuntamiento de Baza, de todos los bastetanos, el letrado Don Joaquín Alcón García de la Serrana, no solo no ejercitó acusación alguna contra el ex director conservador del Parque Natural Sierra de Baza ni la administración responsables de estos desmanes, perdiendo una oportunidad histórica de que el Ayuntamiento de Baza reivindicara aquello que les pertenece y le fue expoliado por una irracional antigestión de sus recursos naturales, sino que, y lo que es más lamentable, se dedicó una y otra vez a arremeter contra nuestra asociación, las pruebas fotográficas y documentales que presentábamos que llegaba a tachar de manipuladas, nuestros testigos y peritos, en una postura impropia de una acusación privada contra una acusación popular que se sientan teóricamente en el mismo lado y es que el Sr. Alcón dejó claro desde un  principio que su lugar estaba equivocado y que su asiento debió de estar junto a las defensas de los imputados. Con acierto decía José Ángel Rodríguez, presidente de nuestra asociación y abogado que ha representado la acusación popular en este proceso comentando el mismo en Onda Cero Radio de Baza que “Joaquín Alcón había actuado como un infiltrado en las acusaciones y que su papel había sido propio del de una defensa de los imputados”. Pero una defensa disfrazada de acusación –añadiríamos nosotros- que no fue noble dentro del proceso.

Pero si no aparecía claro –para nosotros lo estaba ya mucho- que el Ayuntamiento de Baza no estaba por la efectiva  defensa de la Sierra de Baza y la restauración de los lugares masacrados, ha sido ilustrativo al máximo su postura en el Recurso de Casación seguido en la Sala 2ª del Tribunal Supremo, en el que no ha tenido pudor en pedir la desestimación del Recurso de Casación interpuesto por PROYECTO SIERRA DE BAZA y por el contrario solicitar la estimación de los respectivos recursos interpuestos por el que fue Director Conservador del Parque Natural Sierra de Baza y máximo imputado en estos hechos, José María Irurita Fernández así como el interpuesto por la Junta de Andalucía, condenados  que solicitaban en sus recursos fueran absueltos de sus respectivas condenas a restaurar los lugares afectados, a lo que el Ayuntamiento de Baza, con total contradicción acusatoria y de defensa de los intereses públicos que tiene encomendados, se adhirió pidiendo  que se estimaran los recursos de la Junta de Andalucía y de Irurita y por el contrario se desestimara el de Proyecto Sierra de Baza, que entre otras peticiones  solicitaba la condena a la íntegra restauración de los parajes deforestados, sin límite económico alguno, como sí hacía la sentencia que dictó la Audiencia Provincial de Granada.

¡¡ Lamentablemente la política ha llegado a la Sierra de Baza, pero la sentencia ha puesto a cada uno en su sitio !!

La situación actual de estos lugares

Cuando nos han preguntado por la situación actual de la Sierra de Baza, en aquellos parajes que sufrieron aquellas ilegales y masivas talas de vegetación de ribera  que tuvieron lugar en 1998, cuando  han transcurrido ya 7 años, nosotros hemos dicho que "UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS" y les hemos acompañado alguna  imagen ilustrativa de la situación en que se encuentra estos lugares. Como ilustrativa consideramos es la comparativa de uno de estos parajes en enero de 1999 con la situación actual del mismo lugar.

© Proyecto Sierra de Baza
Situación que  presentaba uno de los parajes talados en los días inmediatamente posteriores a su masiva e ilegal tala Enero-1999.

© Proyecto Sierra de Baza
El mismo lugar, el  Barranco Birlaque, un subafluente del arroyo Uclías a la altura de la zona de Los Moralicos en noviembre-2005 y que refleja la situación actual.

En la ribera del paraje con el arroyo Uclías, se aprecian grandes agujeros efectuados con maquinaria pesada para plantar árboles, lo que ha agravado aun más la erosión de este lugar en el que no ha rebrotado ni un solo árbol ni arbusto en la zona que se taló.

Con motivo de las masivas e ilegales talas de la Sierra de Baza resultaron afectados, según los datos que se dan por probados en la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Granada y que son ratificados ahora por el Tribunal Supremo42,5 Ha. de terreno, afectando a 7.600 metros de riberas, según la medición realizada por el perito Sr. Guzmán Álvarez” (Fundamento de Derecho Quinto). De todos estos lugares la única zona en al que se actuó fue el arroyo Bodurria, del que el mismo perito ya indicaba en noviembre del año 2000 que las pérdidas de las plantas alcanzaban el 84 %, porcentaje que paso a ser de un 100 % en los años siguientes. Esta zona no se ha reforestado hasta la fecha, el caudal del agua del arroyo Bodurria, antes permanente y constante durante todo el año, prácticamente ha desaparecido y sufre una importante xericidad y pérdida de suelos.

En el arroyo Uclías se ha comenzado a actuar en el año 2005, con desigual éxito y formas, así mientras hay zonas en las que las talas no fueron tan severas y se respetaron algunos pies de los viejos ejemplares que previamente existían como en El Tesorero, la plantación ha tenido mejor éxito y puede tener resultados esperanzadores a medio plazo. Por el contrario en zonas como La Casas Mineras, Moralicos o Los Frailes, en los que la tala a matarrasa o corta a hecho de la vegetación que existía en estos lugares fue más drástica los intentos forestadotes no solo han fracasado, sino que la situación de estos parajes se han visto agravada en los últimos meses por el empleo para los trabajos de plantación de maquinaría pesada, que ha acentuado la erosión de estos lugares. Incomprensiblemente el empleo de maquinaria pesada para estos trabajos no estaba permitido en el proyecto de restauración de riberas de los parajes masivamente deforestados que se aprobó en el año 2003 por la  Junta Rectora del Parque Natural Sierra de Baza primero y la Consejería de Medio Ambiente, después, en cuya página 9 de su memoria se indica:

“La realización de las obras necesarias para la plantación de las especies se llevará a cabo mediante la contratación de obreros y maquinaria ligera, con el objeto de no alterar en demasía el ya maltrecho estado ecológico en que se encuentran las zonas a recuperar”

En lo que además se insiste en la página 17 de la Memoria del citado proyecto indicando como la apertura de hoyos para la plantación en las zonas de ribera, que se estima en un 40 % del total de los hoyos, se realizarán manualmente con cavidades troncopiramidales de 40 y 60 cms de profundidad, utilizando como herramientas azadas, picos y pala.  Lo que no se ha hecho, de modo que se ha introducido maquinaria pesada nuevamente en estos parajes y riberas, que han efectuado movimientos de tierras de tan intensidad como los que reflejan la siguiente imagen, acentuando, aún más, el maltrecho estado en que habían quedado estos parajes de modo general y en particular su erosión y pérdidas de suelos, cuya recuperación va a ser cada día más difícil, larga y costosa:

© Proyecto Sierra de Baza
Situación que  se encuentra uno de los parajes de la Sierra de Baza al introducirse maquinaria pesada con el intento de plantar árboles en las zonas deforestadas.

Hacia la restauración hidrológica y vegetal de los arroyos afectados

© Proyecto Sierra de Baza

En el año 2005 han vuelto a meter maquinaria pesada en estas riberas, llevando a cabo graves e importantes movimientos de tierras que van a generar erosiones irreparables en los próximos meses. Este tipo de actuaciones son condenadas duramente por las sentencias de la AP de Granada y Tribunal Supremo y que ahora han vuelto a obviar, con la gravedad añadida de que el empleo de maquinaria pesada en estos lugares está prohibida en el proyecto de restauración que redactó TRAGSA en enero 2002 y fue aprobado por la Consejería de Medio Ambiente en el año 2003.

En muchos de los lugares afectados por las ilegales y masivas talas de la Sierra de Baza se alteraron gravemente los cauces de los arroyos, dando lugar a unos cauces más superficiales más anchos, planos y abiertos, en los que además se suprimió la vegetación protectora de los laterales de estos cauces (la vegetación riparía)  con el correlativo aumento de la temperatura del agua por insolación, favoreciendo con ello una mayor pérdida del agua por evaporización, lo que repercutió gravemente en la capacidad de retención y calado de agua en la cuenca con la práctica desaparición de la capa freática de estos lugares, antes muy superficial (entre 0,25 y 1 metro de profundidad), como se ponía de manifiesto en los documentos y proyectos oficiales de la situación que tenía esta zona antes de las talas y que constituyen ahora unos documentos históricos para conocer lo que hace tan solo unos poco años eran estos lugares de primer orden. Así si lugares como el Arroyo Bodurria era un lugar que no sufría el estiaje de sus aguas, de modo que el caudal no se llegaba a perder ni en los meses más secos de verano, como los estudios técnicos previos que hemos consultado a la actuación deforestadora así lo mantienen, tras la eliminación de la cubierta vegetal de este lugar el arroyo prácticamente desapareció y ahora lo excepcional es que lleve agua, lo que ocurre en contados días del invierno y el deshielo.

La recuperación de estos lugares va a ser muy laboriosa y costosa, y lo que es más grave, precisará de mucho tiempo, para que estos parajes puedan recuperar su originaria armónica configuración.

 

© Proyecto Sierra de Baza

La utilización de maquinaria pesada ha producido en algunas zonas este "paisaje lunar".

Una simplista plantación de árboles, como se ha pretendido en algunos lugares, hechas con maquinaria pesada, no es ni mucho menos la solución para estos parajes que precisan de una actuación más compleja, en la que la plantación de árboles sea una fase más de los trabajos que aquí se afronten. Para ello se considera que ES PRECISO PRIMERO UNA RESTAURACIÓN HIDROLÓGICA Y POSTERIORMENTE VEGETAL.